Tremendo
zafarrancho se armó cuando un oficial de las Fuerzas Armadas dijo
que los productores agroganaderos de la zona de San Pedro y
Concepción están haciendo el juego al Ejercito del Pueblo Paraguayo
y a la Asociación Campesina Armada al pagarles ciertas sumas de
dinero que los simpáticos muchachos (y chicas, ani anga ipochy
hikuai por mi falta de uso del lenguaje de género) vestidos de para
para-i.
Acordemos que el
pago es extorsivo. Vos nos pagás tanto y nosotros no te molestamos.
Acordemos también
que el recurso no
es nada nuevo ni es una muestra de gran creatividad de nuestros
compatriotas (y compatriotos, chake!) disfrazados puesto que esta
cuestión de pagar a quienes
te obligan a hacerlo es más
vieja que la humanidad misma. Esencialmente ha sido un componente
infaltable en cuanta película de mafia y mafiosos ha existido, desde
El Padrino hasta Los Soprano.
Y se llama cobrar protección. Pagás para que "no te pase
nada".
No me voy a
desviar del tema, pero si lo miramos así, algo de eso sucede también
con el Estado en nuestras democracias gelatinosas.
Stop, dejémoslo ahí.
MAFIAS DONDE
LAS MIRES
Sobre la
afirmación directa de que EPP y ACA no son sino mafias organizadas
con una ínfima cobertura de ñemboideología revolucionaria a la que
nos lleva su propio actuar, convengamos en que no son las únicas que
rijen nuestra vida como entidad social global y globalizada.
Recalquemos: Hay
unos cuantos monos camuflados por dentro y por fuera que piden plata
a unos señores para no molestarles. Estos ñatos (y ñatas, chake!)
son a su vez brazo armado de otras mafias que - redepente - fueron
vinculadas a la política tras el asesinato de Pablo Medina y que
terminó con un par de fusibles fundidos y responsables directos
(asesinos, bah!) aun no encontrados. La mafia de la narcoproducción
y el narcotráfico.
Los que se
molestan en leerme sabrán que yo apoyo la teoría de dejarles sin
trabajo, liberando el consumo de su mercancía. Podría ser una
mafia menos, arrastrando a la cloacas de la historia a los
disfrazados por dentro y por fuera.
Mafia también es
la del transporte público. Amenazan, presionan, compran, venden, se
protegen entre ellos y nosotros les pagamos parte de nuestros
impuestos (en subsidios estatales) y parte de nuestras vidas en cada
viaje que hacemos en vehículos cada vez más obsoletos y peligrosos.
Mafia es la de
ciertos intermediarios de Dios reunidos en Iglesia. Y exigen un
diezmo que luego se utiliza para fines mas personales y terrenos que
los que el Altísimo hubiera querido si es que su voluntad se hiciera
como reza el Padre Nuestro.
Mafia es la de
los taxistas. La de los corruptos vestidos de blanco en el personal
de salud. La de los burócratas que se sientan en los escritorios de
los entes públicos. La de los conseglieri de los Entes
Binacionales.
Mafia teeté es
la de los parlamentarios, que también
se protegen entre ellos y se
autoasignan el canon de protección por vía votación en forma de
aumentos dietarios, de gastos de representación o de viajes.
AUN HAY MAS
Pero no miremos
sólo hacia arriba, en teoría, si consideramos que hasta ahora hemos
hablado de los escalones más altos de nuestra pirámide social.
Mafia es la de
los cuidacoches o limpiavidrios. Están amparados por su pertenencia
al gremio y por personajes de peso en las alturas. Ellos te cobran
un veinte mil (mínimo)
de protección si dejás tu vehículo en las inmediaciones de un
lugar gastronómico o del
estadio donde se realiza el
recital del cantante o grupo
musical de tu gusto.
Mafia es la de
los pescadores, que exigen el canon de protección pagado,
nuevamente, en forma de subsidio, porque no pueden pescar en tiempo
de veda.
Lo que hagamos,
por ejemplo, los publicistas en temporada baja, cuando hay veda de
inversión publicitaria (que es cada vez mas extensa, che Dió!),
importa un pepino.
Ahora me doy
cuenta que flojeamos. Los publicistas deberíamos armar
una...¡Mafia!. Muy bien.
Y sigamos
pensando...Mafia es la de algunos dirigentes sindicales, de algunas
organizaciones de sintierra, sintecho, sinvergüenza...
Mafia es la de
los revendedores de entradas, amparados en los privilegios que le dan
los que están en los puestos de boletería. Mafia
es esa que en este momento se te ocurre a vos, lector, lectora...y
que te aprieta en algún lugar para evitar que seas libre y feliz.
Paro aquí,
porque no vale la pena seguir con argumentos repetitivos. Si quieren
mirar que pasa en el país, por
qué estamos como estamos, no
miremos a políticos ni a política y menos a inexistentes
ideologías. Miremos e identifiquemos a las mafias que nos afectan.
Hmmmm...Me
quedó picando lo de armar la mafia de publicistas.
Mañana hablo con unos goodfellas.