Estaba haciendo
zapping. Lo digo casi como una justificación porque no suelo estar
al tanto de las novedades discográficas, de las última estrellas
fugaces que cruzan el firmamento musical mundial.
Había sido que
hay un tal Romeo Santos que copa los charts en materia de música
latina.
Bue...Voy al
tema. Romeo se mandó una salsa, de las tradicionales, muy bonita,
muy bailable a la que tituló "Yo también". El videoclip
muestra al amigo Santos como un oficial del FBI que persigue a un
criminal, aunque en las imágenes no se den pruebas muy concretas, un
poderoso narco encarnado por Marc Anthony, otro salsero muy conocido
por su relación con Jennifer López, como apuntan los chismosos.
Aunque decir encarnado en el caso de Mark es casi un eufemismo. Puro
huesos el tipo.
El caso hasta ahí
está dado como la vieja lucha del bien contra el mal. El malevo,
zar de la droga y su némesis e incansable perseguidor, servidor
público, héroe occidental y cristiano, grande como la bombacha de
mi Tia Etelvina que tiene 180 kilos.
Pero aun hay mas.
Entra de por medio el más que hermoso personaje de Yrina Shayk,
modelo ella, para más datos ex de Cristiano Ronaldo que la habrá
tenido como tiene los muchos automóviles que dicen que tiene en su
colección. Apunte chismoso de vuelta.
Ahí se arma la
real podrida. A los dos, al poli y al narco les gusta la misma
mujer.
ENSACHAGE A
TROIS
Para no aburrir
demasiado contando el argumento del videoclip y para ir dejándolo de
lado, ya que no es el centro de este escrito, les invito a verlo en
Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=QBaIMZ8QjcU.
La ley y la
marginalidad terminan su enfrentamiento cuando ella se pone de por
medio. Me encantó como parábola de lo que sucede en la realidad.
¿Cuánto dinero
mueve el narcotráfico a nivel mundial?
Consultado el
oráculo de San Google, nos dice que alrededor de los 900 mil
millones de dólares anuales. No se preocupen en pensar cuanto es
esto en guaraníes. Es mucho.
¿Cuánto dinero
se destina al combate del narcotráfico a nivel mundial?
Y ahí el oráculo
tartamudea...vacila...responde con datos aislados. O sea no hay un
cálculo estimado de este monto, no como el anterior que aparece
entre los primeros resultados. A mi, querido lector, esto me da mala
espina. Mucho es lo que se gasta también, quizá incluso mas. Chi
lo sa.
Dice San Google,
por ejemplo que a Colombia, la guerra contra las drogas le ha costado
8 mil millones de dólares en un plazo de mas o menos 14 años. Botón
de muestra, un país, mas o menos 600 millones al año. Aparte cita
que el viceministro de Justicia de ese país dice que ese dinero se
podría invertir en "otras necesidades". Pongamos un
asterisco aquí.
Está claro
cuanto produce el negocio, no así cuanto se usa en intentar
detenerlo.
LA MISMA
PENDEJA
Los Romeo Santos
y los Marc Anthony, como en el video clip, comparten la misma
pendeja, el mismo amor al que le profesan su total devoción, su
total entrega: El dinero.
El daño que
hacen los narcos, su negocio, está marcado por la clandestinidad, el
encanto de lo prohibido que tanto nos gusta a los seres humanos, la
persecuta social y la gran oportunidad que tienen los moralistas de
atril para condenar los vicios y las adicciones. Las mismas que en
secreto muchos de ellos mantienen.
El daño que
hacen los que combaten a los narcos es el motivo de nuestro
asterisco. La ingente, incalculada e incalculable cantidad de
recursos que se derivan a pelear una guerra cada vez más perdida,
hace que se posterguen otras necesidades humanas, terrenales y
planetarias, mucho más importantes. Hablar de ellas es para otra
entrada en este mi blog.
A ambos, dizque
buenos y malos, les conviene mantener todo este negocio en las
sombras, en la clandestinidad, en el marco de la prohibición. Por
un lado satanizar las drogas y las adicciones, perseguirlas a morir.
Por otro lado, crear nuevas formas y recetas de adicción, cada vez
más rentables y extensibles en términos de mercado. Tanto les
conviene que hoy hacen estrategias en conjunto para que el negocio de
ambos lados crezca.
Mientras nos
jodemos los que no somos ni Romeos ni Marcs, ellos siguen, de punta a
punta, acrecentando su amor a la misma pendeja: El dinero.